Un hombre aparece asesinado en el cobertizo de su casa, en un principio el caso parece sencillo pero como no puede ser de otro modo (o no habría novela) se acaba complicando.
La protagonista es la juez de instrucción Mariana de Marco, recién llegada a G...., cuarentona de buen ver y a la que le va la marcha bastante.
Esta novela es la cuarta de una serie con la misma protagonista aunque es la primera vez que leo algo de ella.
Lo curioso de esta novela es que incide mucho mas en la vida de la juez que en el caso, sobre todo en la vida interior, que hace, que piensa y porque es como es, casi lo de menos es el caso, las pruebas básicamente son especulaciones que hacen la juez y el inspector Alameda que intentan adivinar lo que pasó y buscan pruebas de ello.
Esta bien, se lee fácil, aunque a mi hay paginas que se me hacen pesadas, es mas cosa mía que del relato (no me van demasiado las disquisiciones filosóficas, y hay algunas).
De todos modos demasiado darle al coco y poco movimiento.
Lo que si que no me ha gustado nada de nada es el final, cuando el autor ha decidido que ya estaba bien, lo despacha en dos paginas y se queda tan a gusto.
PASABLE.
